CMLP XXI PROMOCION
  DESCANSE EN PAZ MI MONITOR
 

DESCANSE EN PAZ MI MONITOR

En setiembre del 2012 nos preparábamos para recibir a dos hermanos veintiúnicos radicados en el exterior. Pepe Reyes volvería de Alemania después de algunos años y Nelson Rojas llegaría de Honduras para aparecer por vez primera desde que egresamos del CMLP.

Conscientes de que nuestras vivencias tras aquellos muros maltratados por la brisa del mar, están profundamente ligadas a aquellos muchachos de entonces, que aprendieron a paso ligero su rol de formarnos como cadetes del colegio militar; decidimos invitar al almuerzo de bienvenida, a quienes habían sido sus monitores aquel siempre recordado año de 1964, así como al presidente de la XIX Promoción. Pepelucho Villavicencio aceptó de inmediato y nos aseguró que llevaría a Víctor Plaza Vidaurre con él, pero también nos adelantó que sería difícil que Enrique Falcone Vigna pudiera hacerlo pues se encontraba delicado de salud. Efectivamente, Enrique nos remitió un e-mail agradeciendo la invitación y confirmando su imposibilidad de asistir. Nos apenó bastante saber que se encontraba enfermo, pues siempre le tuve mucho aprecio, no fue mi monitor directo pero teníamos un amigo común y habíamos hecho amistad de inmediato.

Aún recuerdo las veces que lo acompañé al estadio cuando el entrenaba 110 m. con vallas e, infructuosamente, me quería enseñar a "pasarlas", cuando a los 13 años de edad, para mí eran "saltarlas" y terminábamos muriéndonos de risa.
 
 
Tal como habían prometido, Pepelucho y Víctor asistieron el 15 de Setiembre de 2012 al almuerzo en casa de Alberto "Siete Machos" Castro, recibiendo las muestras de afecto de los cuarentaitres veintiúnicos presentes. Como era natural, muchos preguntaron por la salud de Quique Falcone. Nuestros hermanos mayores no pudieron ocultar su preocupación por el estado del amigo de toda la vida, pero todos abrigamos esperanzas en su recuperación. Quedará para el recuerdo el video que grabó Pepelucho, donde Nelson Rojas y Julio Antonioli le enviaron emotivos mensajes de aliento a quien fue su monitor.
 
 
Tres días después, en la misa por Gabriel Chipoco Prada, conversamos con nuestros amigos de la XIX, sobre lo incierta que es, ya, esta etapa de nuestras vidas, pero no pensamos que las malas nuevas volverían tan pronto.

El 2 de octubre, el teléfono nos trajo el eco de la triste noticia. Quique, quien había pasado todas las vallas que tuvo en su camino, quien había llegado tantas veces con éxito a las metas que se puso en la vida, en lo personal y profesional, encontró una valla que nadie puede pasar, la de ser inmortal. Tuvo entonces que saltar, libre, ligero, ya sin dolor, al mas allá, alegre, sonriendo y con su famoso palito "Renee" en la mano, aquel palito que le hacía recordar a los cadetes de la quinta sección, que no había nadie mas "palomilla" que él en el entorno.

Aquel martes por la noche, diez de su "perritos" correctamente uniformados, como a el le hubiera gustado, se hicieron presentes alrededor de su féretro. Desde el fondo de sus corazones salió una sola voz, el último adios para quien fue un verdadero hermano mayor:

¡Enrique Falcone Vigna... Presente!... Descanse en paz, nuestro monitor por siempre!
 
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