CMLP XXI PROMOCION
  EL PABELLON CENTRAL
 

 EL PABELLON CENTRAL

 
Por: Fernando Holguín Quintanilla

Comparto con ustedes las experiencias vividas el día de ayer en el CMLP, con motivo del homenaje al maestro Leonciopradino. Como saben, el Director del colegio, invitó a la Peña de la XXI, para homenajear a los maestros actuales y los "antiguos" a los que se ofreció un almuerzo en el que solo nuestra promoción estuvo presente.
 
Quien les escribe, llegó puntualmente a las 11.45 de la mañana, con los instrumentos a la espera del resto de integrantes de la peña y me percaté que en la puerta del pabellón principal, había un jovencito con uniforme de campaña pero con la barba crecida, lo cual me llamó la atención.
Pensé que podía tratarse de un joven oficial de "inteligencia" o un cadete de quinto año que acababa de salir de la enfermería sin afeitarse aún.
 
Por curiosidad le pregunté si era militar, para mi sorpresa respondió: no, soy arquitecto.
¿Arquitecto, con el uniforme camuflado del ejercito?, pregunté. Si, me dijo, estoy viviendo unos días en el CMLP para familiarizarme con los usos y costumbres de la vida del cadete, por que soy el que va a diseñar el nuevo Colegio Militar.
 
Ante tremenda afirmación, me interesé más en el tema y recordé la serie de opiniones que en una oportunidad dimos sobre el futuro del colegio y la inversión que ya se había aprobado por parte del gobierno.
Le solicité me dijera, que quedará y que se demolerá y su respuesta fue: que casi todo, solo quedará en pie, el comedor y el nuevo pabellón de aulas que se encuentra frente a la enfermería. Todo lo demás desaparecerá, afirmó. ¿Todo lo demás? repregunté. Sí todo lo demás será derrumbado, reafirmó. Volví a insistir: ¿Incluido el pabellón central? Si, me contestó.
 
En ese momento me invadió un sentimiento de gran pena. Para nosotros y creo que para todas las generaciones de ex-cadetes es muy significativo ese edificio central del CMLP.
Así que no me quedó más que decirle: ¡Compadre, no puedes hacer eso!
¿Como que no? se sorprendió, está presupuestado hacer un edificio de 3 pisos para la sede administrativa del plantel, me indicó.
Entonces le dije: espera un poco, tienes que ver algunos aspectos que trascienden el tema arquitectónico; estas diseñando la continuación de una instalación con tradición, para nosotros el pabellón central es un icono, es un símbolo, no lo puedes tirar abajo así nomás y punto, estarías destruyendo un sentimiento, una tradición.
 
Explícame eso por favor me pidió el arquitecto. Con paciencia pero con mucho fervor, le explique lo que significa ese pabellón para todas las promociones y las que vendrán. Si se rompe la armonía o el diseño, se estaría dividiendo la historia del colegio, destruyendo la unidad de sentimientos que todos los que hemos pasado por este colegio lo tenemos grabado en la mente y en el corazón, se rompería el puente que une a muchas generaciones y mucho más.
 
El arquitecto sacó su libreta de apuntes y comenzó a tomar nota de todo lo que le decía. No podía creer que entre nosotros hubiera habido tanta relación de sentimientos con el CMLP y en particular con el pabellón central. Para el era nomas un viejo edificio a demoler.
 
Para bien y por cosas del destino, me encontraba con la persona que tenía en sus manos la posibilidad de contribuir a mantener una identidad plasmada en un edificio representativo. Al final, creo que el arquitecto quedó convencido de lo mucho que significaba la labor profesional que estaba haciendo y se comprometió a llamarnos para que opinemos sobre el diseño con los profesionales en la materia, a fin de entregarles nuestras ideas si fuera necesario.
 
Como dato gracioso les cuento que en ese momento llegaron Víctor Alvarado y Félix Herrera, integrantes de la peña. A boca de jarro y en presencia del arquitecto les pregunté que opinión les merecía el hecho de demoler el pabellón central para hacer otro edificio, la respuesta no se hizo esperar, Víctor dijo: "Ni locos, eso no puede ser" y Félix fue mas contundente "Quien es el coju... que dijo eso". ¡Imaginen la cara del arquitecto!
 
Luego saboreamos los ricos frejoles con seco en el comedor, nos tomamos unos pisquitos con nuestros antiguos profesores Julio Black,  Luis Montoro y otros, con quienes cantamos "En La Perla del Callao" y "Nostalgia Leonciopradina", entre otros temas. Lindos momentos de evocación y alegría...entonces nos dimos cuenta...uy...la chamba, ya es muy tarde..."Hasta el jueves no hay colegio".
 
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